Hoy, en Un Café Con, tenemos con nosotros a Susana, una madre de un peque de 6 años al que está educando bilingüe inglés-español, sin ser ella nativa.
Cuando yo empecé con esta aventura bilingüe investigué un poco como abordarlo en casa y vi que básicamente se recomiendan una serie de métodos, entre los que podemos destacar el método OPOL (que es el que yo he elegido), el de la lengua minoritaria en casa y el de time and place. En este artículo que escribí hace tiempo podéis leer un poco más sobre ellos.
Existe también un método conocido como estrategia mixta, en el que los padres mezclan ambos idiomas en una misma conversación. Tal y como comentaba en ese artículo, es una técnica que no se recomienda porque puede provocar confusión en los niños.
Durante este tiempo he seguido leyendo e investigando, y he encontrado referentes que desmienten el hecho de que el mezclar idiomas con un niño puedan confundirlo. En este podcast de Alex, de Aventura Bilingüe, podéis escuchar por ejemplo a Jon Adoni comentando este tema.
A pesar de ello yo he seguido aplicando el método OPOL, primero porque ya se ha convertido en nuestra rutina familiar y segundo porque en el caso particular de mi hijo me parece el más eficiente para conseguir, no únicamente que el niño adquiera el idioma minoritario, sino que además lo utilice de forma activa, por lo menos conmigo y con el resto de personas que se lo hablen.
Sin embargo, hoy Susana va a compartir con nosotros su experiencia criando bilingüe, que contradice las desventajas del método mixto, y refuerza la teoría de que la mezcla de idiomas no confunde al niño ni le perjudica en su adquisición del lenguaje minoritario. Nos aporta así una experiencia diferente que creo que es muy interesante y que puede resultarle útil a algunas familias que se estén planteando educar bilingüe pero no se sientan cómodas con ninguno de los métodos anteriores.
- Háblanos un poco de ti, de tu familia, y de cómo tomasteis en casa la decisión de educar bilingüe a vuestro hijo.
Pues verás, decisión como tal no recuerdo haberla tomado. A mí siempre me han apasionado los idiomas y tenía claro desde un principio que querría compartir con mi peque dicha afición. En aquel entonces no sabía nada de bilingüismo. Pensaba recurrir a los servicios de una guardería bilingüe, pero no admitían peques hasta los 15 -18 meses. Así que una tarde aburrida de lluvia, se me ocurrió intentar enseñar a mi peque (que tendría cerca del año) las partes de la cara en inglés. ¡Mi sorpresa fue mayúscula cuando pude comprobar cómo las reconocía! Eso me dio el impulso necesario para continuar. Y poco a poco me encontré hablando “a ratos” en inglés. Primero fue la hora del baño, luego la hora del cuento, la hora del juego…
- En tu caso aplicas en casa la estrategia mixta, ¿no es así? ¿Por qué optaste por esta estrategia?
“Optar” no creo que sea la palabra apropiada porque como te decía no fue hasta mucho después que empecé a leer sobre crianza bilingüe. El término “estrategia mixta” lo acabo de aprender ahora mismo. Jejeje! Simplemente me dejé llevar por lo que yo pensaba que podía funcionarnos. Fue surgiendo, sin más. Principalmente hablábamos “a ratos” porque mi marido no habla inglés y, claro, sino la comunicación en el hogar iba a ser complicada.
- Además del inglés que tú le hablas en casa, ¿de qué otras fuentes recibe el idioma tu hijo?
Pues desde siempre intento compaginar el inglés de casa con actividades en inglés en bibliotecas y diversas academias de la ciudad que utilizan métodos lúdicos con los niños para que aprendan de la forma más amena y natural posible. Acudimos a talleres, cuentacuentos, campamentos… También utilizamos el típico material audiovisual: televisión, Youtube, cuentos con CD que le encanta “leer” en el coche, libros con lector Leapfrog…. Y siempre que podemos quedamos con otras familias bilingües para que los niños practiquen.
- Consideras que en tu caso, en el que tú no le hablas el 100% del tiempo en inglés al niño, ¿es más importante si cabe incrementar la inmersión del niño a través de esas otras fuentes?
Para mí todas esas fuentes son indispensables si queremos “naturalizar” el idioma y criar lo que en el argot de crianza bilingüe se denominan “niños bilingües activos” (que entiendan y hablen). Sobre todo son importantes las “fuentes humanas”, por decirlo de algún modo. Conozco varias familias cuyos padres tienen niveles de inglés muy altos, incluso completamente bilingües, y que hablan sólo inglés con los niños. En algunos casos su nivel de exigencia OPOL es tal que les prohíben ver la tele en otro idioma. Sin embargo no consiguen que esos niños se lancen a hablar. Entienden todo pero no hablan. Y algunos con hijos adolescentes hablan sólo durante su estancia en un país anglófono porque les dicen a sus padres cosas como “estoy en España y aquí se habla español”. Cuando les preguntas con quién hablan sus hijos dicen: sólo conmigo o con nosotros en casa. Los niños necesitan interactuar con más personas que sus padres o abuelos. Creo que es fundamental que vean que hay mucha gente que habla esa “cosa rara” que su madre/padre se empeñan en enseñarle. Que le vean su utilidad y que además se acostumbren a diversos acentos y formas distintas de hablar el idioma. A todos nos gusta sentirnos dentro de un grupo y no señalados o marcados por las diferencias, en este caso, por un idioma que “parece” que sólo hablan en nuestra casa.
- ¿Cómo ha evolucionado la relación de tu hijo con el inglés en los últimos 6 años?
Pasito a pasito, como la canción. No, en serio, soy consciente de que aún nos queda muuuuucho camino por recorrer. El cambio de los 4 a los 5 años fue brutal. Pasó de entender a intentar hablar cada vez más y más. Al parecer es algo que les pasa a muchos niños a esa edad. Y ya este año ha sido una pasada. En verano estuvimos por primera vez en Inglaterra, visitando a un familiar y aprovechamos para que acudiera a un campamento urbano con niños nativos. Iba por la mañana y yo le recogía a las 6 de la tarde. Su adaptación fue espectacular. Desde el primer momento no tuvo ningún problema con el idioma. El primer día cuando fui a recogerle le faltó el tiempo para preguntarme: mummy, can I come back tomorrow pleeeeease? Aunque tiene algo de acento, hay sonidos en inglés que a los mayores nos cuestan un montón y él los dice perfectos. Obviamente tiene el vocabulario y los errores de un niño de 6 años, igual que en español. No es un niño bilingüe 100%, pero ya quisieran muchos adultos poder defenderse así tras años y años de haber estudiado inglés. Si por ejemplo no encuentra una palabra, no cambia a español, sino que busca la manera de explicártela para que entiendas lo que quiere decir. Se siente cómodo hablando en inglés y para él es ya algo supernatural.
- En lo que a compresión y utilización del lenguaje de forma activa se refiere, ¿crees que el hecho de haber aplicado esta estrategia ha podido ralentizar la adquisición del inglés en tu hijo?
No lo creo. Mi opinión es que cada familia es un mundo y dentro de cada familia cada hijo es diferente. Es el método el que debe adaptarse o incluso crearse específicamente para cada niño y su evolución, no al revés. Entre las fuentes externas que hablábamos antes, por ejemplo, en cuanto a clases en academias se refiere, nosotros hemos probado todas las academias que creíamos que podrían irnos bien; algunas nos fueron bien en su momento y siempre les estaremos agradecidos por ayudarnos a conseguir nuestro objetivo, pero el idioma y el niño van evolucionando y las necesidades van cambiando. Lo que para mí es bueno hoy, a lo mejor no es tan efectivo mañana. Y puede que nunca se adapte a lo que tú necesitas. O a lo mejor sí. Experimentar es fundamental.
- Ahora mismo, ¿qué idiomas utiliza tú hijo y en qué situaciones?
Spanglish???? Es broma. Distingue perfectamente entre inglés y español y a quién debe hablarle en cada idioma. No sólo entre su padre y yo. Tengo amistades nativas a las que directamente les habla en inglés, sin pensárselo dos veces. Debo decir además que, en contra de muchas teorías que apuntan a que no pueden expresarse sentimientos en una lengua que no es la tuya, en nuestro caso el inglés ha creado un vínculo muy especial entre madre e hijo: las cosas importantes, o si en algún momento quiere recibir toda mi atención, siempre me las dice en inglés. A mí personalmente me sigue dando mucha vergüenza hablar en inglés por la calle con él. Pero como él lo hace tan natural, no me queda otra que echarle valor y seguirle el juego. Jejeje!
- Muchas gracias Susana por tu tiempo y por compartir tu experiencia con nosotros.
Gracias a ti. Estás haciendo una labor estupenda con tus peques y ayudando a otros padres en esta aventura con tu blog. Sólo querría decir una cosa más a todos los padres no bilingües y es que por favor no os eche para atrás el hecho de no hablar un inglés perfecto. Como dice el refrán “hace más el que quiere, que el que puede”. Así es esto del bilingüismo. Con el tiempo, estando en contacto con otros nativos, llegará un momento en el que su pronunciación será mejor que la vuestra ¡y hasta os corregirán! La constancia y la ilusión son las claves para alcanzar la meta del bilingüismo.
Evidentemente, cada familia y cada niño son diferentes, y en cada caso hay que buscar la solución que más se adapte a los padres y a los niños, pero espero que esta entrevista os haya resultado útil y os pueda ayudar en algún caso en concreto.
Felicidades a la entrevistada! Me ha gustado mucho la parte referente a la expresion de sentimientos en otro idioma, y la verdad que cada vez conozco más familias que un segundo idioma establece un vinculo especial entre padres e hijos, pues aveces es usado como un idioma secreto.
ResponderEliminarGracias Minerva! En nuestro caso "secreto" no es. Pero tiene claro que es la manera de "camelarme". Je,je,je! Sea como fuere, el caso es que hablen de modo natural. Susana
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