miércoles, 30 de agosto de 2017

Como motivar a tu hijo para que hable inglés

Ya os comenté hace tiempo en un post que últimamente mi peque no hablaba demasiado inglés. Entender lo entiende todo, pero cuando se dirigía a mí lo hacía casi siempre en castellano, a pesar de que yo sólo le hablo en inglés.

Cuando empiezas a leer un poco descubres que es una situación muy común: niños que rechazan hablar el idioma minoritario. Si buscas un poco más de información, te encuentras con muchos artículos que te explican el porque el niño no utiliza el idioma minoritario, y consejos para fomentar que lo haga.

Motivos por los que los niños no hablan el idioma minoritario

Los motivos por los que los niños rechazan hablar el idioma minoritario pueden ser varios.
  • Falta de necesidad. Los niños son prácticos. ¿Por qué hablar dos idiomas cuando todo el mundo a su alrededor entiende el mayoritario? No es práctico, así que no lo hacen.
  • Mayor desarrollo del idioma mayoritario. Si tienen un mayor desarrollo del idioma mayoritario, se sienten más cómodos hablándolo, al tener más vocabulario y poder expresarse mejor. Es normal que los niños tengan más vocabulario en el idioma mayoritario, ya que su inmersión en dicho idioma es mucho mayor, y las fuentes por las que lo recibe son por lo tanto mucho más variadas y diversas.
  • Falta de consistencia. Si no eres consistente en el idioma en que le hablas a tu hijo, puede que este elija contestarte siempre en el idioma mayoritario.

Consejos para conseguir que los niños te hablen en el idioma minoritario


Cuando comenté mi caso, me dieron muchos consejos para ayudarme a que el peque empezara a contestarme en el idioma minoritario.
  • Muchos me dijeron que seguramente sería sólo una fase. Que era cuestión de tener paciencia y seguir hablándole en inglés.
  • Algunos me recomendaron que parafraseara en inglés todo aquello que él me decía en castellano.
  • Otros apuntaron que sería útil que aumentara su exposición al inglés y que le encontrara otras personas con las que pudiera hablar inglés, preferiblemente otros niños de su edad.
  • Hay quien opinó que debía intentar forzarle, no contestándole si él no me hablaba en inglés.
  • Y otro consejo que me dieron fue el de crearle la necesidad de hablar en inglés, bien llevándolo de viaje a otros países o consiguiendo que tuviera relación aquí con nativos que no hablaran español.

Mi experiencia

En mi opinión, cada familia es diferente, y nadie conoce mejor a sus hijos que sus padres. En nuestro caso en concreto, mi sensación era que mi hijo sabía que yo entendía español perfectamente y se dirigía a mí en ese idioma porque es el que usa con el resto del mundo y, por lo tanto, le resultaba más práctico hacerlo así.

A esto se le sumaba el hecho de que, al no hablar demasiado inglés, aunque lo entendía, su fluidez era menor que en español, con lo que cada vez se sentía más cómodo hablándome en español.

Yo tenía claro que tenía que hacer algo si quería que empezara a hablar inglés. Sin embargo, necesitaba hacer algo con lo que todos en casa nos sintiéramos cómodos.

En primer lugar, intenté no darle demasiada importancia, y decidí esperar, parafraseando en inglés todo lo que me decía.

Yo no me sentía a gusto haciendo que no le entendía e intentando forzarle a hablarme en inglés porque, aunque estoy segura de que es una técnica que puede funcionar, en mi caso mi hijo sabe perfectamente que hablo y entiendo el español, y para mí no tiene sentido pretender que esto no es así.

Hay opciones que creo que pueden ser muy útiles, como conseguir amigos de su edad con los que pueda hablar en inglés, pero en nuestro caso, por nuestro entorno y nuestras amistades, esta opción resulta complicada.

Por último, lo que hicimos fue traer este verano, de nuevo, una au pair. Pasó en casa con nosotros un mes. Era una chica joven de New Orleans que no hablaba nada de español. Al principio el peque tuvo que acostumbrarse a su acento, aunque tengo que decir que apenas le costó (mucho menos que a mí, he de reconocerlo...). Los primeros días le contestaba en español, pero como ella no le entendía, de repente, sucedió: dio el salto y empezó a soltarse a hablar en inglés. En una semana le contestaba todo en inglés, y cada día que pasaba, su fluidez mejoraba, su vocabulario aumentaba, sus expresiones eran más complejas y su gramática más precisa.

Pero esto no fue lo único. Desde ese momento, en cuanto empezó a sentirse cómodo hablando en inglés, empezó a contestarme también a mí en ese idioma y ahora mismo prácticamente me habla únicamente en inglés.

No sólo me contesta a mí en inglés, sino a cualquier persona que se lo hable. De hecho, según el idioma en que le hables, él te contesta. Si empiezas hablándole en español, él contesta en español; si cambias al inglés, cambia inmediatamente, sin darse cuenta realmente de ello.

Y además, cuando juega solo a veces lo hace en español pero otras lo escuchas hablando en inglés.

No sé lo que durará esto, especialmente cuando termine el verano, pase menos tiempo conmigo y empiece el cole. Pero como todo en esta aventura, he aprendido que hay que ir paso a paso.

Lo importante ahora mismo es que hemos comprobado que lo que estamos haciendo realmente funciona, y que el niño es capaz de entender y hablar ambos idiomas con facilidad. Me sorprendió mucho que fuera capaz de entender tan rápido y tan bien a la au pair, teniendo en cuenta que su acento no se parecía en nada a los acentos a los que él estaba acostumbrado. Y desde que se soltó a hablar inglés, cada día mejora, aprende algo nuevo, corrige errores, ....

Tengo que reconocer que esto ha resultado muy motivador para mí, porque estoy viendo que todo el esfuerzo, el tiempo y el cariño dedicados a esta aventura bilingüe estan dando sus frutos.

jueves, 17 de agosto de 2017

Un café con... Alex PerDel

Hoy, en "Un café con", tenemos a Alex Perdel, padre de un peque de 20 meses al que está educando bilingüe español-inglés sin hablar él inglés de forma nativa.



Alex es además autor del blog Crecer en Inglés y del podcast Aventura Bilingüe y, recientemente, se ha lanzado a una nueva aventura: los cursos de bilingüismo en casa.

martes, 1 de agosto de 2017

The Colour Monster

The Colour Monster

Llevaba un tiempo con ganas de comprar este libro. Tras una reseña que leí en el blog de Literatura Respetuosa, me decidí. Aprovechando un viaje que hacía una amiga a Londres le pedí que nos lo trajera para el peque. Nos trajo una edición muy chula con pop-ups. No soy muy partidaria de este tipo de ediciones, porque son muy delicadas para que el peque las maneje sin problemas. Sin embargo, tener algún libro de este estilo está bien, porque a los niños les llaman mucho la atención y les hacen gracia.

Este en concreto lo leemos algunas noches antes de dormir. En él, nos cuentan la historia del Monstruo de Colores, que se despierta un día muy confuso, con todas sus emociones mezcladas. Para ayudarle, asociaremos cada emoción a un color y la guardaremos en un tarro, con lo que podremos estudiarlas con más calma.

Es un libro en el que nos definen las principales emociones y asocian cada una con un color: la alegría es amarilla, la tristeza es azul, el enfado es rojo, el miedo es negro y la calma verde. Tan solo nos clasifica y nos define las emociones, pero no nos ayuda a gestionarlas. Sin embargo, o quizás precisamente por esa sencillez, me parece muy adecuado para niños pequeños como el mío, de sólo dos años.

Al nuestro le encanta, y le ayuda mucho a identificar las diferentes emociones. Cuando está por ejemplo enfadado y le pregunto, ¿de qué color estás? Me contesta que "rojo!", sin ninguna duda. Así que este cuento, además de ayudarnos con el inglés, nos permite ahondar un poco en el tema de las emociones, lo que, en niños de 2 a 3 años, suele resultar muy útil.